Una retroaraña es una máquina retroexcavadora con la
particularidad de que en lugar de ruedas u orugas tiene garras. La araña (como
se la conoce para abreviar) tiene en la parte de delante unas garras
telescópicas y articuladas, y en la parte de detrás unas ruedas con unas
cadenas, similares a las de los automóviles para la nieve, pero a su escala.
El uso de esta maquinaria se ha
extendido últimamente en todas las obras de repoblación forestal, ya que el
impacto provocado por el avance en el monte es mínimo, ya que puede ir
levantándose a voluntad, para salvar y pasar sin tocar árboles de cierto tamaño.
Además de por su poco impacto, también
se utiliza por su alta productibidad, ya que en suelos sueltos o de tránsito
puede llegar a conseguir rendimientos de casi 1000 hoyos en un día de trabajo.
Aun así, esos rendimientos son extraños, ya que, en condiciones normales de
trabajo, es decir, suelos con presencia de roca, vegetación existente, suelos
con poco agarre de la máquina, los rendimientos bajan, alcanzando una media de
400 a 700 hoyos por jornada.
El hoyo que realiza es increíblemente bueno para la repoblación,
debido a la gran cantidad de materiales que remueve, que, dependiendo del apero
que lleve, puede ser de hasta un metro de profundidad. Esta apertura de hoyos
favorece a la planta a colocar en ese hoyo, ya que la tierra se oxigena, se
carga de humedad con mayor facilidad e incluso la planta desarrolla el sistema
radicular más rápidamente.
La apertura de hoyo tipo con la retroaraña y el hoyo terminado lo
podemos observar en las siguientes fotos.
La mayor cualidad de este tipo de
maquinaria es la posibilidad de trabajar en grandes pendiente, realizando un
trabajo donde otras no pueden ni pensarlo; salvando taludes, subiendo y bajando
por laderas imposibles y, en definitiva, haciendo hoyos donde parece imposible.
En líneas de máxima pendiente puede trabajar con pendiente superiores 100%, y a
media ladera, en pendientes hasta el 70%.
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